El irresoluto “crimen de los novios”

JAEN / Salvo su familia, nadie parece acordarse de que una vez apareció muerta una prostituta en un arcén de una carretera en las inmediaciones de la capital y que poco después, en febrero de 1988, un taxista fue apuñalado hasta la muerte. A esos dos crímenes sin resolver aún hubo que sumar luego el asesinato de un camarero en un pub y la muerte de un trabajador del mercado de mayoristas. Pero de los 5 sonoros casos irresolutos de la historia criminalística jiennense, hay uno que sobresale entre todos y que chirría aún en la conciencia policial: Estoy hablando del crimen de los novios. Todas las circunstancias confluyeron para que las pruebas de cargo se deshicieran judicialmente, desde una cámara de fotos sin película, a unas huellas del coche mal tomadas, pasando porque las pruebas toxicológicas se extraviaron camino de Sevilla. El crímen de una joven pareja de novios en un olivar a las afueras de Jaén aconteció en junio de 1992. Dos años más tarde sería archivado judicialmente porque la Policía no encontró culpables y en febrero de 1995, un confidente alerta de unas pistas que llevan a un cortijo (La Casimira) y a dos sospechosos. Fueron detenidos, enjuiciados y absueltos en enero de 1997. En 1998, el Tribunal Supremo ordenaba repetir el juicio en la Audiencia Provincial de Jaén y en 2001 se zanjaba judicialmente el caso en Madrid. Todos los asesinos andan sueltos.